Este
placard me lo hizo mi abuelo materno para que pudiera ordenar los vestiditos de
las muñecas. Hábil carpintero solía hacernos miniaturas de muchas cosas:
camitas, sillas, hamacas y hasta un sube y baja.
Recuerdo que en mi infancia solía pasar horas en su aserradero mirando a su Tornero: el Sr. Poletti. Me sentaba en mi sillita (que cada nieto tenía armada a su tamaño y medida) y me maravillaba al ver como de un palo cuadrado surgían unas hermosas curvas, perfectamente torneadas. Eso explica mi amor por la madera. Él logró contagiar su pasión a mi padre, que solo por gusto aprendió el oficio y hoy, poco a poco, me lo va transmitiendo también.
Hace
poco lo en encontré arrumbado en el garaje de la casa mi mamá y decidí
recuperarlo
Encolado, reconstrucción de cajones y decoupage
lo volvieron a la vida para transformarse justamente en mi “taller de decoupage” así cuando abro su
puertita para buscar materiales, no solo encuentro todo ordenado sino que puedo ser de nuevo por un ratito niña otra vez.
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